Este blog lo escribo para tí Julia, mi ranita guapa. Dentro de unos días cumplirás dos meses y me doy cuenta de que el tiempo pasa volando. Ya has crecido un montón, la cara te cambia casi de un día para otro y vas haciendo ruiditos nuevos a diario, a cada cual más mono. A ver nena, ¿para qué tanta prisa? Por mí podrías quedarte así de pequeña y monica unos meses más, o medio año, o dos. Te estoy disfrutando como una tonta.
Ahora, dejemos las cosas bien claras: no hago ninguna promesa de escribir todos los días, que las promesas son el verdugo de la inspiración. Yo quiero escribir porque me sale, porque quiero contarte algo o porque necesito desahogarme, o por lo que sea, menos por obligación. Y quiero escribir en castellano, porque es la lengua que he elegido para comunicarme contigo. Esa decisión, la de no hablar mi lengua materna con mi hija porque quiero regalarle el castellano, una lengua que adquirí a la tierna edad de once años, es una decisión de por vida. Y ya está tomada, no hay vuelta atrás. Voy a llevarla adelante lo mejor que pueda y con todos los medios a mi alcance.
No hay comentarios:
Publicar un comentario