sábado, 29 de diciembre de 2012

De juegos y risas

Nos quedan dos días de 2012, nena. Estoy intentando hacer el recuento de lo que ha pasado este año y aunque me parece que sus doce meses han pasado con velocidad supersónica, como siempre, también es verdad que el año ha estado tan lleno de vivencias y experiencias que podrían ser dos en vez de uno. Por ejemplo, en este período relativamente corto de tiempo has aprendido una cantidad alucinante de cosas. Entre otras cosas a reconocer un montón de palabras, a andar y a corretear, a sentarte sola al orinal, a subirte a las sillas y a jugar a la pelota. Has empezado a usar tus manos para agarrar, pinchar, apretar, saludar, jugar, acariciar, tirar, lanzar, comer, hacer palmas y muchas cosas más. Has demostrado tener sentido del humor, como cuando vienes a escondernos algún objeto debajo de la ropa a modo de broma. ¡Y nosotros siempre te seguimos la corriente, claro! Vamos, nena casi quincemesina, me tienes alucinada y orgullosísima.

Tengo que contar una anécdota de hoy, aunque sólo sea resumirla en unas palabras para acordarme más tarde, porque ha sido uno de los momentos más mágicos del año. Resulta que estamos pasando las Navidades y Año Nuevo en casa de tus abuelos de Torrevieja, osea mis padres. Esta tarde te estábamos dando un baño papá y yo, o más bien estábamos los tres jugando a lo lindo con tus juguetes de agua, cuando tú, entre risas y chillidos, te agachaste a beber del agua de baño y nosotros a negar y a hacer gestos de asco con la lengua. ¡Uy, qué juego más divertido! En un plis estábamos todos haciendo pedorretas y otros ruidos varios, todos muy maleducados, para tu grandísimo deleite. Ay esas risas y esos chillidos, qué ricos y qué contagiosos!

jueves, 25 de octubre de 2012

¡Tus primeros pasitos!

Ayer, miércoles día 24 de octubre de 2012, al contar un año y algo más de una semana, diste cuatro pasitos tú sola en la cocina. Ay, ¡me dan ganas de escribirlo con letras mayúsculas, subrayado y con colorines! Cuando tengas hijos lo entenderás, amor. Ver a tu tesoro, a tu churricurri, a tu ranita que hace nada era así de pequeñita dar sus primeros pasitos hacia tí... es algo intensamente emocionante. Aunque la emoción, realmente, se siente después. Cuando sucede, todo pasa tan rápido... Fueron dos segunditos de inmenso coraje que se reflejaron en tu mirada, acompañados de confianza y la certeza de que yo estaba ahí para cogerte si te caías. Te lo digo yo, esos segunditos y esa mirada me llenaron el alma de un nosequé místico. Me sentí parte significante del universo, o algo. Fue grande, muy grande.

Esta mañana tu padre te ha llevado al consultorio para hacerte el control de los doce meses, algo tarde, y para que te dieran las vacunas correspondientes. Mientras te pinchaban, pobrecita, yo estuve grabando un villancico finlandés recién compuesto con uno de mis coros, y luego fui al conservatorio de música donde estoy ahora mismo, esperando a que empiece la clase con mi profesor de canto. Esta tarde tenemos ensayo con el grupo de música antigua, osea que no te voy a ver en todo el día. Estos días que son solo míos a a la vez me dan aire y me comprimen las entrañas por no poder estar contigo, sol.

martes, 17 de julio de 2012

Nueve meses dentro, nueve meses fuera

Ay, Julia mi ranita preciosa, cómo pasa el tiempo. Estamos a diecesiete de julio, osea que acabas de cumplir los nueve meses. Ya no eres un bebé hija mía, y por muchos achuchones que te de, y por mucho que te huela el pelo con los ojos cerrados, nunca lo volverás a ser. Ya te veo cargando con la mochila y despidiéndote para ir al cole... ¡ay quita, quita! Ese día ya llegará pero hasta que llegue... bueno, se me olvida que vas a empezar la guardería a mediados de agosto. Y buena falta que te hace, que tú lo que necesitas es estar con otros niños, jugar con ellos, aprender a esperar tu turno y a compartir los juguetes, en fin, todas esas cosas que son importantes para el desarrollo de las personas.

Hablando de desarrollo... tengo que contar una cosa que para mí como madre ha sido muy grande. Ayer diste un paso clave en tu camino hacia una vida independente, una vida que, si bien todavía está lejana, se nos acerca con paso firme y decidido. ¿Que qué hiciste? Pues algo que no es nada espectacular pero sí importante. Vamos, a mí se me hinchó el pecho de orgullo y, a la vez, se me encogió el corazón. Ahí va: cogiste el biberón con las dos manos, te lo llevaste a la boca y lo inclinaste hasta que la tetina se llenara de leche. Es decir, bebiste del biberón tú sola, sin ayuda de nadie, por primera vez. De aquí a que aprendas a comer con cuchara es cuestión de meses. No te voy a negar que supone cierto alivio para tus padres, pero es un alivio con un toque amargo porque es una cosa menos en la que dependes de nosotros. ¿Cómo explicar que algo que produce tanto orgullo, tanta dicha, a la vez se siente como una punzada en las entrañas? No hay remedio, es lo que hay. Suerte que tú no tengas que preocuparte por eso. Tu destino en esta vida, amor mío, es ser libre, fuerte, sabia, formidable. Y lo serás.

viernes, 6 de abril de 2012

En abril, lluvias mil (y más en Finlandia...)

Uy. Uyuyuyyyy. Despierta mamá, que ya estamos en abril. Mal veo yo esto de llevar dos blogs a la vez teniendo una peque... Pero no, no me rindo. Es cuestión de organizarse, y de ponerse las pilas. Julia de mi vida, bichito precioso, mi ranita revoltosa: ¡este jueves que viene cumples seis meses! Eres una niña despierta y curiosa, y con un don de gentes que ni te cuento. Eso lo has heredado de tu madre, jeje. Te encanta la gente, y cuanta más mejor. En cuanto viene alguien de visita o salimos por ahí y nos encontramos con algún conocido o desconocido se te abre una sonrisa de oreja a oreja y te pones a coquetear como una estrella de cine. Sobra decir que no hay quien se te resista. A ver, desde la última entrada del blog... madre, la de cosas que has aprendido. Te das la vuelta entera a ambos lados, y aunque todavía no sabes gatear, puedes ir perfectamente a donde quieras rodando por el suelo como una morcilla con manos y pies. Sabes poner los dedos a lo pinza para sujetar objetos pequeños o finos. Pronuncias sílabas sin sentido, aunque me parece que te salen más por accidente que por voluntad propia. Sabes "lavarte los dientes", muy entre comillas. Para tí lavarse los dientes consiste en coger el cepillo de dientes, metértelo en la boca y mordisquear que da gusto. Igual da si es la punta con las cerdas o la otra. Y que no se le ocurra a mamá intentar coger el cepillo y pasártelo un par de veces por los dos dientecitos que tienes, que hay bronca. Aunque mamá no se rinde, es que la tía es una pesada y tan tozuda como tú, o más. Hoy has comido puré de boniato por primera vez, y el éxito ha sido rotundo. Aún no has probado carne ni pescado pero creo que muy prontito vamos a ver qué tal te llevas con la ternera picada, el pollo y el bacalao. Todavía tengo que contar lo de cómo duermes, osea como una reina, y por qué, pero tendrá que ser otro día porque ahora la que se va a echar a dormir una siestecilla soy yo. Ta luego.

jueves, 16 de febrero de 2012

A cinco bajo cero

¿Eo eooo...? Nada, sigues dormida como una marmota. Ya hace más de hora y media desde que te puse el mono de invierno, te metí en el capazo bajo una manta y te saqué al balcón a dormir. Jeje, siempre que te pongo el mono y te meto el chupete en la boca pienso en Maggie Simpson, el bebé de la familia de dibujos animados de color amarillo. Es que cuando tienes el mono tan gordo puesto, que te deja los brazos en cruz y las piernas estiradas, sois igualitas. Como dos gotas de agua. No, tu madre no está ni ciega ni enajenada, lo que pasa es que a veces le sobra imaginación. Y ve demasiada tele.

Hablando de lo de dormir fuera, tengo la sensación de que en España me apedrerían por mala madre y por loca si se enterasen de que te saco a dormir a temperaturas heladas. Sea como fuere, aquí en Finlandia es lo que se acostumbra a hacer. Si vieran qué bien duermes y qué sueño tan profundo logras. Das envidia. Hale, otro bostezo... tu mamá está un poco malita otra vez, y cansadita. Y eso que tu padre se ha hecho cargo de las dos últimas noches. Ya no comes por la noche, pero se te suele perder el chupete una o dos veces por noche. O tres, o cuatro, o nueve. Esta noche me toca a mí. Sé buena, corazón.

domingo, 5 de febrero de 2012

Fresquito

¿Dije duro invierno? Pues no sabía la que nos esperaba. Cuando escribí la anterior entrada creo que hacían unos siete u ocho grados bajo cero, vamos, unas temperaturas de lo más agradables para todo aquél que aprecia el aire fresco y gusta de dedicarse a las actividades de aire libre típicas de esta época del año, pero ahora nos ha llegado un frente helado de Siberia y toma, menos veinte grados de sopetón. Es como si en España de un día para otro pasara de diecesiete a treinta grados, pero al revés, claro. Lo que cuenta es el cambio y esto ha sido mucho cambio.

Nada, lo de llevar el frío es cuestión de abrigarse y de acostumbrarse. Y si hace falta, se le echa una pizca de enajenación mental y de mala hostia. Por ejemplo, antesdeayer hacía menos veintidós pero aún así te llevé por primera vez conmigo a clase de canto. No tuve más remedio, tu padre tenía no sé qué banquete súperimportante con cientos de invitados y mil cosas que coordinar. Pues nada, kilos y kilos de ropa, dos mantas, y al carricoche. Al final ni se te veía la punta de la nariz y creo que hasta pasaste calor. En fin, así me presenté a clase, con las partituras en una mano y el capazo la en otra, como si nada. Menos mal que el profesor es muy majo y no le importó. Qué le iba a importar, te portaste fenomenal, como de costumbre. Te pasaste la hora entera tumbada boca arriba en el suelo, mordisqueando tu sonajero favorito y mirando a tu mamá que pegaba gritos raros. A acostumbrarse hija, a acostumbrarse.


miércoles, 25 de enero de 2012

La mejor terapia: tú, princesa

Hola, cuqui. Hoy casi te como viva con lo monica que eres. Que es que tienes unos mofletitos, y unas manitas de mazapán, y esos ojazos color azul oscuro que a veces parecen tener más años que yo... Y por si fuera poco el encanto que ejerces sobre mí, hoy por primera vez te has reído a carcajada limpia cuando te he hecho pedorretas en la barriguita. Así cualquiera sobrevive al duro invierno de Finlandia.


He pensado mucho en si voy a poner fotos en el blog o no. He llegado a la conclusión de que sí, pero sólo de vez en cuando. Aquí tienes una que te muestra jugando en tu nuevo gimnasio.

lunes, 23 de enero de 2012

En blanco

Lunes, día veintitres de enero. Hoy es un día de esos que parece que no se hayan inventado los colores. Todo está cubierto de nieve, pero ya no es una nieve virgen sino que presenta un aspecto un tanto gastado y ensuciado. El cielo es del mismo color, un blanco grisáceo que quita las ganas de sonreír y, lo que es peor, de salir. Para ponerse el abrigo y las botas y asomar la nariz por la puerta hay que poner empeño y hacerlo por pura obligación, que se sabe muy bien que a la larga no es nada saludable andar todo el día por casa arrastrando el polvo. Además me he dado cuenta de que no tengo planes para quedar con nadie en toda la semana. Malo, malo. Ale, a espabilarse y a por el teléfono.

Lo primero, voy a apuntarme a un grupo de gimnasia para mamás y bebés que dan los jueves a las diez de la mañana en Arbis (lo he googleado y la traducción al español es algo así como "instituto municipal de educación de adultos"). También me he apuntado a un grupo de rítmica para bebés que comienza el mes que viene y que también es a las diez de la mañana, pero los viernes. Además habría que apuntarse a natación para bebés y padres los sábados por la mañana. Uf, ya me estoy estresando. Mejor nos lo tomamos con calma, ¿eh?

domingo, 15 de enero de 2012

Qué sorpresa

Ja, ya sabía yo que esto de ser una mamá bloguera iba a ser un desafío. Me paso los días pensando siempre lo mismo: "leches, esto lo tengo que poner en el blog", pero a ver quién encuentra tiempo para sentarse a escribir teniendo un bebé de tres meses, una casa perpetuamente desordenada y un constipado que parece que no me lo quita ni Dios.

Pero ha sucedido, ¡me he sentado al ordenador! Ahora a ver qué tema elijo, a qué anécdota preciada dedico estos minutos tan valiosos... que ya se me están escapando escribiendo necedades sobre qué tema voy a elegir. Anda ya, cómo se nota que lo que debería hacer es meterme a la cama. Pero no, no me voy a rendir.

Porque resulta que ha ocurrido algo totalmente inesperado: te han salido los primeros dientes, Julia. Los primeros dientecillos, a los tres meses de edad. Nos hemos quedado boquiabiertos, nena. Ha sido tu padre el que los ha visto primero, y yo pensé que se había equivocado. Vamos, estuve por decirle que no cariño, eso es que las encías las tiene muy marcadas y casi parecen dientes, pero que para eso todavia falta mucho. Luego te metí la punta del dedo índice en la boca y tuve que darle la razón. ¡Dos minúsculas puntitas de diente en la mandíbula inferior! Cuando lo he comentado por el Facebook, una amiga mía me ha contado que a su hija de nueve meses todavía no le han salido. Si es que eres un prodigio de niña, ya lo he dicho yo. A ver cuál va a ser la siguiente sorpresa...

miércoles, 4 de enero de 2012

Supernena

Bueno bueno, nenica, quién te ha visto y quién te ve. Al llegar a España a casa de tus abuelos maternos hace semana y media apenas habías comenzado a fijar bien la vista y a mantener un contacto visual algo más prolongado, y justo por aquellas fechas habías comenzado a chuparte las manos. Es decir, habías empezado a estudiar el mundo que te rodea un poco más a fondo, a fijarte en las caras de la gente haciéndote payasadas variopintas y a familiarizarte con dos extremidades tremendamente complicadas de controlar pero de suma importancia para futuras faenas. Y nosotros tus papás, claro, embobaditos y orgullosísimos. Pues desde entonces no has parado. Has aprendido a agarrar cosas con las manos, vas por buen camino de controlar el movimiento de tus brazos y el otro día estado tendida en el suelo boca arriba, ¡te volviste tú sola de costado! Por no hablar de lo mucho que estás utilizando la voz y la boca para expresarte, haciendo sonidos cada vez más graciosos y casi inteligibles. ¡Prodigio de niña!

Jajaja, antes de ser madre no conseguía entender a aquellas de mis amigas mamás que a cada tontería  se empeñan en informarnos por el Facebook de que su hijo Fulanito de tal ya sonríe (¿y si sólo son gases?) o de que su hija Menganita de cual ya agarra la cuchara ella toda solita. Ya digo, antes. Ahora no sólo las entiendo perfectamente sino que tengo ganas de mandarles a todas el enlace a este blog para que se enteren de tus hazañas. Lástima que no creo que el Traductor de Google me haga justicia.